1. Variedad: el organismo necesita muchos y diferentes nutrientes, y la única forma de tomarlos todos es comer de todo.
2. Más frutas y verduras: pueden sustituir a la bollería del almuerzo o la merienda.
3. Higiene: es importante lavarse las manos antes de sentarse en la mesa, así como lavarse los dientes después de las comidas.
4. Hidratación: más de la mitad de nuestro peso es agua, se pierde por el sudor, la orina... y hay que reponerla
5. Cambiar de hábitos: elige uno o dos a la semana y proponte firmemente cambiar de actitud
6. Menos dulces: la energía la tenemos que obtener del arroz, la pasta, las legumbres... no de las "chuches".
7. Mantener un peso adecuado a la edad y la condición
8. Evitar los ayunos prolongados.
9. Hacer ejercicio como complemento.
10. Recuerda: no hay alimentos buenos ni malos, sólo malas proporciones.
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