Cuando queremos que un niño practique un deporte, nos preocupamos de proporcionarle un medio de aprendizaje, en forma de escuela, equipo, entrenador... Sin embargo nos olvidamos de otros factores igual o más importantes que el entrenamiento para potenciar el rendimiento y evitar las lesiones.
- El ejercicio físico estimula las defensas, sin embargo el exceso de deporte puede provocar daños en el sistema inmune y facilitar las infecciones, así como dificultar la recuperación.
- A pesar de que el ejercicio físico moderado estimula la producción de hormona del crecimiento, un niño no crecerá más de lo que está establecido en sus genes.
- Un niño que hace deporte puede dejar de crecer por dos razones: las dietas drásticas que no cubren las necesidades y el uso de medicamentos no autorizados.
- La competitividad mal enfocada puede llevar a agresividad, frustración... En los niños hay que tratar de desarrollar la honradez, el trabajo en equipo, el saber perder, etc. En estos aspectos la postura de los padres y entrenadores es fundamental.
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